QUÉ ES
La Sensibilidad Química Múltiple (SQM) es una enfermedad reconocida en España desde Noviembre de 2015 con el código ICD 995.3.
La Comisión Canadiense de Derechos Humanos en el año 2007 define así la enfermedad: «La Sensibilidad Química Múltiple (SQM) es la denominación más utilizada para describir un síndrome complejo que se presenta como un conjunto de síntomas vinculados con una amplia variedad de agentes y componentes que se encuentran en el medio ambiente, presentándose dichas reacciones con una exposición a niveles comúnmente tolerados por la mayoría de las personas».
Esta definición se recoge en nuestro país en el Documento de Consenso del Ministerio de Sanidad, 2011.
Es multisistémica y de curso crónico, está caracterizada porque se producen procesos inflamatorios y degenerativos.
El desencadenante puede corresponder a una simple exposición a altas dosis o la exposición múltiple y repetida a una o más sustancias a lo largo del tiempo. En el inicio de la afección las exposiciones que se describen con mayor frecuencia incluyen plaguicidas y solventes orgánicos.
Es una enfermedad que se caracteriza porque puede convivir con otras enfermedades comórbidas como Fibromialgia (FM), Síndrome de Fatiga Crónica (SFC), o Electrosensibilidad (EHS).
Los estudios realizados hasta la fecha sugieren un posible origen multifactorial de la SQM; en el desarrollo de la enfermedad, parecen estar implicados diversos mecanismos de toxicidad, órganos y sistemas a nivel molecular, bioquímico, fisiológico y estructural. Es muy probable que el sistema nervioso central (SNC), el sistema inmunológico y el sistema endocrino participen en la respuesta toxicológica que se observa en el desarrollo de la SQM, mediante alteraciones en los mecanismos de interregulación existentes en estos sistemas.
Actualmente, no existen estudios concluyentes que atribuyan el origen de la SQM a factores genéticos, ni tampoco se dispone de pruebas concluyentes que sitúen su origen en factores psicológicos y/o psiquiátricos. A medida que se avanza en el conocimiento de la SQM, predominan los estudios que orientan la investigación hacia un origen orgánico tóxico y disminuye el número de trabajos que hacen referencia a una causa psicopatológica.
Los agentes que desencadenan la enfermedad son múltiples, variados, no relacionados entre sí y presentes en nuestra vida diaria; existen numerosas y amplias listas referidas en diferentes publicaciones y artículos. Los compuestos que se repiten con más frecuencia como causantes de SQM son los siguientes:
Productos de limpieza del hogar (lejía, amoníaco, salfumán, zotal, limpiacristales, friegasuelos suavizantes, y otros)
Productos de cosmética e higiene personal (colonias, cremas corporales, jabón, gel de baño, cosméticos, laca, desodorante, champús, y otros)
Disolventes y pinturas (acetona, barnices, pegamentos y disolventes en general)
En espacios interiores (aire acondicionado, ambientadores, humo de velas, incienso, tintas de periódicos y revistas, sprays y otros)
En la vía pública (gasolina/gasoil, asfalto, alquitrán, humo de los tubos de escape y otros)
Humos (tabaco, barbacoas, cocción de alimentos, brasas, fritos, fuegos artificiales, incendios y otros)
Alimentos, aditivos y contaminantes alimentarios (maíz y azúcar de maíz, residuos de plaguicidas, fungicidas, colores artificiales, edulcorantes, conservantes alimentarios, ceras de protección y materiales de empaquetado)
Contaminantes del agua y aditivos ingeridos a través del agua de consumo humano.
Fármacos y productos de consumo habitual (ácido acetil salicílico, barbitúricos, sulfonamidas, diluyentes, saborizantes, conservantes, aceites minerales, lociones, laxantes, vitaminas sintéticas, cintas adhesivas, cosméticos, perfumes, champús, productos de higiene personal, adhesivos dentales, sales y aceites de baño, camas de agua, rotuladores de punta de fieltro, abrillantadores, pulidores, piscinas cloradas, contrastes radiológicos, lentes de contacto y componentes de plásticos liberados de material médico).
Principales intolerancias ambientales:
Exposición solar
Exposición a ondas eléctricas (redes o conducciones de electricidad, electrodomésticos)
Ondas magnéticas (microondas, aparatos de electromedicina, telefonía, electroimanes)
Ondas sonoras (ruido intenso o persistente).
En el año 1999 en un Consenso Internacional se establecieron los criterios de definición en base a los patrones consistentes con la enfermedad internacionalmente observados.
Los síntomas son reproducibles con la exposición química repetida.
La condición es crónica.
Niveles bajos de exposición ocasionan manifestaciones del síndrome (dichos niveles
son más bajos que los usuales o previamente tolerados).
Los síntomas mejoran o se resuelven cuando los incitantes son eliminados.
Las respuestas se presentan a múltiples sustancias sin relación química.
Los síntomas implican múltiples sistemas orgánicos.
Hay otras muchas características típicas de esta enfermedad que no están recogidas en la definición de caso del Consenso como se indica en McKeown-Eyssen et al, 2001, que además de los criterios anteriores, sugirieron el de tener un fuerte sentido del olor (hiperomia) en la mayoría de las personas, sentirse aturdido y embotado y tener dificultad para concentrase. No obstante, estas aportaciones no han sido recogidas pues a pesar de ser características, no todas las personas con SQM las presentan.
Fuentes:
Documento de Revisión de la GUIAS INSS sobre Encefalomielitis Miálgica/Síndrome de Fatiga Crónica (EM/SFC), realizado por CONFESQ (COALICIÓN NACIONAL DE FIBROMIALGIA, SÍNDROME DE FATIGA CRÓNICA, SENSIBILIDAD QUÍMICA MÚLTIPLE Y ELECTROHIPERSENSIBILIDAD).
Sensibilidad Química Múltiple (Sociedad Española de Medicina Interna: SEMI)
Documento de Consenso, SQM, del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad (2011).
Multiple Chemical Sensitivity: analysis of a case registered in a reference hospital, Mª Luisa Paredes Rizo (Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Hospital Nuestra Señora de Sonsoles de Ávila. España).
Síndrome Químico Múltiple. SESSEC